El trabajo en equipo siempre ha sido la habilidad más buscada en las ofertas laborales. La pandemia no ha hecho más que reforzar esta demanda. Saber ser parte de un equipo es trabajar hacia objetivos comunes facilitó enormemente las actividades de colaboración remota. En todo caso, No todas las personas alcanzan su máximo potencial trabajando en equipo.esta habilidad tiene sus ventajas y también sus desventajas.
Las ventajas del trabajo en equipo
1. Incrementar la productividad y la comunicación en la empresa
Trabajar por un objetivo común requiere una comunicación fluida y constante donde se comparten ideas y opiniones y se resuelven problemas y conflictos. Asimismo, es inevitable que la energía positiva sea contagiosa y que la motivación aumente, ya que la colaboración con otras personas aporta bienestar. y la satisfacción de trabajar por el mismo destino. Todo ello implica inevitablemente una mejora del rendimiento y por tanto un aumento de la productividad.
2. Se distribuyen las tareas y la carga de trabajo
Una cantidad excesiva de trabajo puede provocar que caigamos en un estrés que no nos permitirá realizar bien nuestro trabajo. Sentir que no podemos hacer todo o afrontar tareas en las que no somos muy buenos no nos permite centrarnos en el objetivo. En todo caso, comparte las preocupaciones, comparte el trabajo y alcanzar objetivos uno tras otro le brinda la oportunidad de trabajar más fácilmente, dividir tareas y concentrarse en la tarea en cuestión.
3. Mejorar las habilidades individuales de los integrantes
Una buena coordinación con el resto del equipo donde se tienen en cuenta las fortalezas de cada miembro. permite que todos den lo mejor de sí. De esta forma, un buen equipo trabaja en conjunto hacia un objetivo, sacando lo mejor de cada integrante. También permite el aprendizaje mutuo y la motivación compartida.
Y las desventajas…
Sin embargo, el trabajo en equipo no ofrece todos los beneficios, ya que los aspectos positivos de compartir tareas y objetivos con otras personas pueden volverse negativos:
1. No todas las personas son capaces de trabajar en equipo
Un equipo funciona bien cuando todos sus miembros lo hacen juntos, valorando cada opinión y sin la intención de tener siempre la razón. Sin embargo, hay personas cuyo (mal) liderazgo o egocentrismo No les permite escuchar a los demás ni dejar de imponer sus propios criterios. En estos casos, cuando alguien no puede trabajar en equipo, el conflicto está servido y por tanto se ve obstaculizado el desempeño de todo el grupo.
2. Falta de organización y debates
Dividir las tareas según las capacidades de los miembros del grupo puede promover un buen flujo de trabajo, pero ¿qué pasa si algunos trabajan más duro que otros? ¿Qué pasa si la división no es correcta? ¿Qué pasa si a uno siempre le queda la tarea menos gravosa? Esto puede dar lugar a discusiones o peor aún, falta de comunicación. Así, el trabajo en equipo no será fácil ni se basará en un reparto justo de cargas.
3. Se pierde la individualidad
La otra cara de la moneda en términos de desarrollo de habilidades personales es esta esa individualidad y esencia única se pueden perder. Especialmente si trabajas con líderes que no permiten la libertad creativa y personal, puedes caer en una pérdida de personalidad de lo que establece el grupo.